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lunes, 11 de agosto de 2014


El Ginkgo biloba el fósil botánico  más antiguo




El Ginkgo biloba es la especie viva más antigua de la Tierra, ya que forma parte de la cubierta vegetal terrestre desde hace más de 200 millones de años. El Jardín Botánico de Valencia conserva tres ejemplares de esta especie. Entre ellos, un macho y una hembra de más de 180 años, posiblemente, los más antiguos de España.


Durante mucho tiempo, se creyó que el ginkgo se había extinguido. Sin embargo, el explorador americano F. Meyer encontró los reductos de Guizhou y Zheijiang en el este de China. Sin embargo, este no era el único hogar de este curioso árbol. También se ha conservado desde tiempos inmemoriales en las cercanías de templos y palacios de China, Japón y Corea, donde han sido cultivados desde los 1000 a.C por su belleza y su carácter de árbol sagrado. Desde Japón se introdujo ya a partir del año 1700 en Europa y EEUU, donde se han conservado hasta la actualidad en calles y jardines.

El Ginkgo bien podría considerarse como el árbol de la longevidad. Lo normal es que viva unos 200 años, y muchos ejemplares llegan a convertirse en milenarios. Además es una especie muy resistente tanto a plagas y enfermedades como a la sequía y la contaminación urbana, siendo también uno de los pocos árboles que sobrevivió a las bombas atómticas de Hiroshima y Nagasaki.

El "albaricoque de plata", símbolo de la longevidad

El nombre de Ginkgo viene del chino Ginkyo que significa albaricoque de plata, por el tamaño y la apariencia de la semilla, como un pequeño albaricoque maduro con una especie de pelusilla plateada. Mientras que el de la especie G. biloba, hace referencia a la forma bilobulada de sus hojas. En cuanto al nombre común del Árbol de los 40 escudos es debido al precio que pagó un aficionado de París a un horticultor inglés por la compra de 5 gingos al precio de 40 escudos cada uno.

Una especie muy utilizada en jardinería ornamental por la belleza de su porte y sus hojas, limitando el uso de las hembras para evitar el mal olor de sus frutos. Se utiliza en grupos o como ejemplares aislados en calles, parques y jardines en zonas templadas de todo el mundo, principalmente de Europa y de Asia, aunque no es fácil encontrar ejemplares de gran envergadura por su lento crecimiento.




Pero sobre todo este árbol es conocido por su carácter sagrado o mágico atribuido a sus múltiples propiedades curativas que han sido objeto de diferentes investigaciones. Sus frutos, además de ser comestibles, son utilizados en la medicina popular como astringentes. Las flores también son comestibles y se utilizan tiernas en la ensalada o escabechadas en vinagre. Y de sus hojas se obtiene un extracto con flavonoides, que favorecen la circulación sanguínea y reducen el riesgo de formación de trombosis. También son efectivos en neutralizar los radicales libres implicados en el proceso de envejecimiento y se están realizando diferentes estudios para su utilización como coadyuvante en el tratamiento del Alzheimer, la demencia senil y el Parkinson. 

En definitiva la longevidad y resistencia del ginkgo parece estar de acuerdo con la virtud de este árbol por ayudarnos a afrontar los transtornos de la vejez.

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