Notiblog

jueves, 7 de agosto de 2014



EXPERIENCIAS QUE PODRÍAN CONFIRMAR 
LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE




El Dr. Evan Alexander, neurocirujano de Harvard, publicó un libro en el que relata su propia experiencia cercana a la muerte y en la que sugiere la posibilidad de probar científicamente la existencia del cielo o de una vida más allá de la muerte. El debate en torno a la posibilidad de que la conciencia sobreviva a la función vital sigue siendo parte de la agenda en sitios alternativos y merece una discusión seria.

Greg Taylor, fundador del sitio Daily Grail, ha escrito un nuevo libro: Stop Worrying! There Probably is an Afterlife, en el que intenta mostrar que existe evidencia para sugerir que la vida o alguna forma de conciencia sobrevive a la muerte. Taylor mantiene que existen 5 diferentes fenómenos, aunque relacionados, que proveen las bases para su argumento. Si bien estos fenómenos quizás no deberían de tomarse como evidencia concluyente, sí nos hacen al menos reflexionar sobre el abismo cognitivo que presenta la muerte y motivan a una mayor investigación.



1. Experiencias cercanas a la muerte, verificadas


Si bien la mente popular ya ha introyectado la noción de experiencias cercanas a la muerte (desde películas como Flatliners o el libro de Raymond Moody, Life After Life), la ciencia considera que estas experiencias, lejos de probar algo, son solamente alucinaciones generadas por alteraciones neurológicas propias de la inminente muerte. Sin embargo, existen casos que parecen remitirnos a experiencias que van más allá de la subjetividad inherente. Estas experiencias han sido llamadas en inglés “veridical NDEs”, y reportan casos en los que la persona que yace al borde de la muerte ha podido relatar información que no debería de haber sido posible de percibir. La literatura recoge un caso publicado en la revista científica, The Lancelot, en el que un hombre de 44 años que entró en estado de coma, ya sin pulso, y que usaba una dentadura postiza, luego pudo identificar a la enfermera que sabía dónde estaba su dentadura, la cual había sido removida cuando él estaba inconsciente. El paciente más tarde relató haberse observado a sí mismo en la cama al tiempo que las enfermeras lo intentaban resucitar y guardaron su dentadura.

Analizando 107 casos diferentes, la investigadora Janice Miner Holden concluye que existe evidencia “para convencer a la mayoría de los escépticos de que estos reportes son más que meras alucinaciones de parte del paciente”.



2. Experiencias de Peak-in-Darien


Un libro de 1882 llamado The Peak in Darien, escrito por Frances Cobbe, hace referencia a un incidente en el que una mujer, parte de una familia muy unida, mientras estaba internada en el hospital recibió la visita de tres de sus hermanos que estaban muertos y poco después se unió un cuarto, el cual se creía aún vivo. Poco después se supo que el cuarto hermano había muerto recientemente en su residencia en India. Este tipo de experiencias de muertes anunciadas o visitas de individuos que se creían aún vivos han llegado a conocerse como experiencias del Pico de Darien y existen docenas de ellas en la literatura médica.


3. Médiums

El siglo XIX vio el surgimiento del mesmerismo y todo tipo de supuestos fenómenos paranormales, incluyendo la comunicación con los espíritus a través de un médium, o de una persona con una sensibilidad especial para entablar conversaciones con los muertos. La Society for Psychical Research, conformada por algunos de los académicos más destacados de su tiempo, se dio a la tarea de investigar estos fenómenos y aunque descubrió que en la mayoría de los casos se trataba de charlatanería, en algunos no pudieron más que determinar que existía algún tipo de comunicación extrasensorial con los muertos. Tal fue el caso de Leonora Piper, estudiado por Richard Hodgson, quien declaró que “los principales ‘comunicadores’ han sobrevivido el cambio que llamamos muerte y se han comunicado directamente con nosotros… a través del organismo en trance de la Sra. Piper”. Otros miembros de esta destacada sociedad de investigación psíquica estuvieron de acuerdo con Hodgson en su estudio de diferentes casos, incluyendo a Frederic Myers, uno de los miembros fundadores.

Aunque la práctica de los médiums es considerada como superchería por la ciencia moderna, recientemente la Dra. Emily Kelly, de la Universidad de Virginia, encontró un par de casos en los que las probabilidades de las respuestas arrojadas por los médiums superan sobradamente la variación estadística.

4. Extraños fenómenos en el lecho de muerte

Las visiones de túneles de luz, entidades angelicales o emociones de amor océanico reportadas por personas cerca de la muerte son descartadas como las alucinaciones propias de un estado de estrés y alteración neural, sin embargo, existen numerosos casos en los que los reportes de estas personas secundados por otras personas en la misma habitación, convirtiendo estas alucinaciones en percepciones compartidas. El investigador Peter Fenwick ha recopilado numerosos testimonios de enfermeras y cuidadores que también dicen haber observado una luz radiante envolviendo a la persona que está cerca de morir, en ocasiones reportando las mismas visiones que familiares. Estas experiencias, si bien no determinan necesariamente que existe una vida después de la muerte si parecen indicar que las condiciones psicoambientales se ven afectadas por el proceso de muerte hasta el punto de que se puede influir colectivamente en la realidad experimentada.




5. Experiencias cercanas a la muerte relatadas vía médiums


El Dr. Horace Ackley, enfermo en el hospital, se descubrió a sí mismo alzándose por sobre su cuerpo. En ese momento pudo ver toda su vida moviéndose en torno suyo como un panorama escénico a alta velocidad. Ackley entonces notó que debía de estar muerto y se sintió complacido de saber que la muerte era una experiencia placentera. Su único arrepentimiento era no poder informarle a sus amigos y familia que todo estaba bien y que él seguía existiendo. En este punto, un par de espíritus guardianes lo recibieron y lo llevaron a una habitación donde se reunió con otros espíritus que le eran queridos.


Esta parece ser una experiencia cercana a la muerte típica, sólo que ese día Ackley sí murió. Su experiencia fue relatada por Samuel Paist de Filadelfia, en 1861 en su libro A Narrative of the Experience of Horace Abraham Ackley, M.D., mucho antes de que se pusiera de moda hablar sobre las experiencias cercanas a la muerte. Como este caso, experiencias de desdoblamiento astral en la muerte, que son transferidos a la conciencia de otra persona abundan en la literatura, según Greg Taylor, justamente como si ese anhelo del muerto de transmitir a los demás lo que descubre lograra encontrar un vehículo.


EL PRIMER LÁPIZ  3D






La impresión 3D está demostrando ofrecer diversas vertientes, y una de ellas es la artística. Las impresoras 3D de mano son ahora una opción más interesante desde la aparición de LIX, un desarrollo que ya tiene campaña de financiación colectiva en Kickstarter y que destaca por los resultados que se pueden obtener con este dispositivo.



LIX es básicamente un lápiz que permite imprimir objetos 3D directamente "dibujándolos sobre el aire". En este dispositivo se mezclan plásticos de colores que luego nos permiten ir construyendo estructuras y formas, como si estuviésemos creando una escultura de alambres.



En la parte posterior de LIX encontramos un puerto USB 3.0 que es el encargado de alimentar el dispositivo, que en su otro extremo dispone del cabezal por el que va apareciendo el filamento ABS/PLA, que al aparecer por el extremo lo enfría para que enseguida quede solidificado.






El lápiz tiene el mismo funcionamiento interno que una impresora 3D, pero en lugar de introducir modelos 3D que luego aparecen impresos, este desarrollo simplemente hace que podamos dibujar en el aire para ir creando curiosas estructuras.



Sus responsables ya han logrado atraer un interés espectacular, y a falta de un mes para que termine la campaña, ya han recaudado casi 8 veces lo que buscaban para comenzar a producirlos de forma masiva. El precio de venta parte ahora mismo de las 82 libras (100 euros), y se espera que las primeras unidades lleguen en octubre de 2014. Nos preguntamos, eso sí, qué pasa cuando uno se equivoca en algún trazo. Umm




¡QUE LLUEVA, QUE LLUEVA, LA VIRGEN DE LA CUEVA!








Que llueva, que llueva


Sin duda que de las mercedes que la Virgen de la Cueva otorgó a los vecinos de la parroquia de Ques, no fue el menor el de la lluvia en tiempos de sequía. Con su imagen al frente se hacían rogativas y la fe del creyente las tornaba eficaces. Ni las letanías ni las deprecaciones pronunciadas ante la imagen incluían el famoso “Que llueva, que llueva // la Virgen de la Cueva//” etc. Con su aire alegre y festivo, tiene más de conjuro infantil que de ferviente oración. Es creencia común en Piloña que esta cancioncilla tiene su origen en la Virgen de la Cueva piloñesa. El caso es que disputan su cuna otros distantes santuarios de la Virgen de la Cueva, especialmente el de Altura, junto a Segorbe (Castellón), el de Oroel, cerca de Jaca y el de Esparragosa de Lares, en Badajoz. En Altura cuentan que uno de los milagros más famosos de la Virgen sucedió en 1726, cuando al día siguiente (27 de febrero) de sacarla en procesión los vecinos de esa zona castellonense, otorgó que lloviera y nevase, paliando así la sequía que los aquejaba. De ese acontecimiento, aseveran, tuvo principio la canción "Que llueva, que llueva, la Virgen de la cueva..." Los títulos que acreditan las pretensiones de la Virgen de la Cueva de Oroel consisten en que en toda la superficie de la gruta excepto en la parte que ocupa la capilla y el enrejado exterior, rezuma del techo un incesante goteo a modo de persistente lluvia. En Esparragosa de Lares simplemente consideran que la canción nació allí, en torno a su modesto santuario, actualmente en estado de renovación.

Desde luego que la razón puede asistir a todos porque las canciones populares nacen, en cierto modo, en todas partes ya que un día comienzan a oírse y nadie sabe de donde proceden. Además, en cada lugar en que suenan ofrecen variantes autóctonas que pueden llegar a coincidir con otras variantes geográficas sin que hubiera habido contacto entre una y otra fuente. Puede decirse que un buen día experimenta un nacimiento múltiple una canción popular.


Pero ¿qué hay de esta famosa canción? Primero, que está extendida por toda España y gran parte de la América de habla española; segundo que es una canción infantil de carácter folklórico, del género que los expertos denominan “retahíla” Las retahílas son pequeñas piezas poéticas en las que se adivina que la percepción del mundo que tienen los niños dista un abismo de la adulta: versos “incomprensibles” para un adulto, porque no se organizan en torno a un significado simbólico, sino que lo hacen buscando el ritmo, el gesto, la libre asociación fónica, convirtiéndose así en juguetes orales al servicio de esa comprensión diferente de la realidad. La retahíla es universal y parece tener sus correspondencias en cada cultura: las hispánicas son parientes directas, por ejemplo, de las “comptines” francesas, de las “lengas lengas” portuguesas, o de las “filastroche” italianas. Muchos de estos poemitas tienen la facultad de encerrar ocultos bajo las siete llaves del sinsentido oscuros significados ancestrales, fragmentos de información sobre formas culturales pretéritas cuyo significado global resulta difícil alcanzar. En el caso de nuestra cancioncilla, una de las variantes proporciona los siguientes extraños versos “Que llueva, que llueva // la vieja de la cueva //”. No conviene olvidar que la Diosa Madre neolítica tuvo, en parte, como su sucesora en el mundo clásico, a la diosa Deméter a la que, a veces, se la representaba como una anciana y se la reverenciaba en profundas cavernas. Representada como una vieja era también la Parca (triada de diosas femeninas del destino a cuyo poder estaban sometidos dioses y hombres); también la Parca era una proyección evolucionada de aquella, diosa primitiva, confusamente recordada en tiempos posteriores. Igualmente rica en informaciones y simbolismos notables es la versión siguiente “Que llueva, que llueva, // que mi padre está en la cueva // con un caballito blanco // alumbrando todo el campo.” Otra curiosa variante, bastante repetida y que recoge Martínez Agosti en el Perfil de Piloña es “Que nieva, que nieva //” Desentrañar la significación y simbolismo de imágenes visionarias tan poderosas como las que contienen estos poemillas nos apartaría notablemente del tema, lo mismo que explicar las interferencias del inconsciente colectivo que inciden en el proceso creador infantil. Pero a poco que observemos, la retahíla se revela como un texto que, tras su irracionalidad, esconde la vinculación del mundo infantil con una serie de hitos folklóricos que la comunidad adulta dio por definitivamente perdidos hace mucho tiempo. De este modo, puede decirse que los niños conservan la confianza en el poder mágico de la palabra cuando, con ella, intentan exorcizar la enfermedad o la herida: “Sana, sana, // culito de rana //”; o a conjurar el miedo a la muerte, al más allá, como hacen las niñas que, todavía hoy, cantan “Al pasar la barca, // me dijo el barquero: // -La niñas bonitas // no pagan dinero//”, ajenas a la identidad del barquero con Caronte y a que su dinero es el pago por alcanzar la otra orilla de la Laguna Estigia en el más allá; o ensayan controlar los fenómenos naturales: “Que llueva, que llueva, // la Virgen de la Cueva”; o buscan neutralizar los efectos indeseados de una climatología adversa y trocar sus efectos: “Que llueva, que llueva // […] los pajaritos cantan, // las nubes se levantan // que caiga un chaparrón // de azúcar y turrón //”. Y no cabe la menor duda de que el poder o la protección y amparo que se obtengan serán tanto más eficaces si la retahíla, la canción, invoca a la Virgen María, a Nuestra Señora de la Cueva.



EL SANTUARIO DE LA CUEVA






El Santuario ejerció en el pasado y ejerce en el presente un poderoso influjo aglutinador sobre la población piloñesa. A la Virgen de la Cueva se acude en romería pública y en peregrinación privada. Al Santuario llegaron reyes, príncipes y santos, obispos y patriarcas, y en él fueron acogidos y celebrados por el pueblo piloñés. En el entorno del Santuario este mismo pueblo se reúne con motivo de fiestas populares,romerías, concursos, competiciones deportivas, festivales,pero también por cumplir ante la Virgen con propósitos personales: bodas, promesas, expresiones de gratitud por los favores recibidos, visitas y oraciones… En el campo de los peregrinos se reúnen familias, pandillas, grupos de amigos y vecinos para conversar, comer de campo o sencillamente para disfrutar de la mutua compañía, del ambiente y del paisaje.




Con el Santuario como centro expresa el pueblo piloñés la solidaridad en las necesidades y aúna esfuerzos para solucionar las dificultades que trae la vida, especialmente aquellas que afectan a la continuidad y mantenimiento de la institución que es la Cueva. En este año de 2009 un pleno del Ayuntamiento de Piloña aprobó por unanimidad la declaración de la Virgen de la Cueva como patrona de Piloña y no será arriesgado proclamar que ni un solo piloñés esté en desacuerdo con esta decisión y con la solicitud al Arzobispado para que otorgue el correspondiente título y se proceda a la solemne proclamación. Pero no solo a los piloñeses atrae y une la Virgen de la Cueva. Al Santuario acuden, atraídas por su nombre y virtud, por la Virgen y por el entorno, además de los piloñeses, gentes de otras tierras y latitudes. Llegan en grupo, en viajes organizados, otros acuden en familia, con amigos o solos. 

Los atrae el afán de la oración o el impulso de la curiosidad y la certeza de acceder a un lugar sagrado, a un paraje de privilegio.