Utilizan científicos mexicanos terapia génica para inhibir tumores.
Un equipo de científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, Unidad Monterrey, busca enfrentar diversos tipos de cáncer al modificar las vías de expresión de un gen, de una proteína relacionada con la enfermedad.
La investigación, conocida como terapia génica, se lleva a cabo en la Unidad Monterrey del Cinvestav, que se encuentra dentro del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT), por el doctor Arturo Chávez Reyes.
A partir de la biopsia de un tumor se hace un perfil de expresión de genes para dar una idea de lo que está pasando en su organismo, y con ello se diseña una terapia específica para su problema, es decir, se actuará contra un gen en particular y no se afectará otro. Entonces, las posibilidades de que sane el paciente serán mucho mayores y que haya efectos adversos son mucho menores.
Este diseño de agentes terapéuticos contra el cáncer lo realiza el Cinvestav Unidad Monterrey con la colaboración del instituto MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, en Houston, y la investigación ha dado pie a publicaciones en revistas científicas de nivel mundial especializadas en esta enfermedad.
“Como herramienta terapéutica nosotros trabajamos en un mecanismo que se llama RNA (ácido ribonucleico) de interferencia para ‘apagar’ o ‘silenciar’ a los genes, y lo que logra es que de manera específica se reduzca su expresión de forma absoluta. Si nosotros vemos que el tumor de un paciente está sobre-expresando un gen en particular, con nuestra herramienta terapéutica se puede reducir su expresión y con ellos acabar con el tumor o hacerlo más sensible a la quimioterapia”.
El especialista egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León refiere que se han hecho pruebas con resultados alentadores en tumores cancerosos en mama y ovario, así como de piel (melanoma).
Es común utilizar quimioterapia para acabar con los remanentes de lo que haya sido la extirpación de tumor en cirugía, con lo cual las pacientes pueden ser declaradas sanas, pero en un lapso no determinado vuelven a presentarse tumores, tal vez en otras partes del cuerpo (metástasis). El médico oncólogo tiene la opción de utilizar la misma quimioterapia, pero puede no tener el efecto que antes porque las células adquirieron resistencia y se pone en riesgo la vida de la paciente.
“Ahora contamos con mucha más información de los genes que adquieren resistencia y que se pueden atacar con terapias genómicas; entonces hacemos la biopsia del tumor para lograr información específica y se determina cuáles son los genes sobre-expresados, y cuales están disminuidos”, menciona Chávez Reyes.
Una vez identificado el gen a atacar se hace una preparación con una molécula de RNA, la cual al ingresar, de manera simple, es muy frágil y se pueden eliminar fácilmente. Es por ello que los investigadores mexicanos y estadounidenses diseñaron un sistema que encapsula esa molécula en liposomas (unidades de grasa) a escala nanométrica (nano corresponde a la mil millonésima parte de un metro).
De esa manera se forman microscópicos baloncitos rellenos de RNA, que se colocan en una formulación que les permita ser congelados y secados (leofilización); la presentación final similar a las vacunas o los antibióticos, en dos ampolletas, una para la preparación de la terapia génica seca en polvo, y la otra en una solución salina; ambas se combinan y la mezcla obtenida se inyecta al paciente.
“Una terapia como ésta se contempla para aplicaciones dos veces por semana, pero a fin de evitar ese problema en los pacientes se diseñaron unos discos de silicón poroso donde se depositan los liposomas, mismos que se acomodan en los agujeritos que el material contiene, de forma que al inyectarlo al paciente se liberan en una acción que dura 30 días, es decir, una sola inyección cubre la terapia de un mes”, detalla el doctor Chávez Reyes.
Agrega que la formulación farmacéutica es única en el mundo y se sigue trabajando en ella para que sea más afectiva. Hasta ahora se han hecho pruebas en tumores de animales de laboratorio, a los cuales se les aplica quimioterapia y terapia genómica,y los resultados mostrados son alentadores.
“Esperamos que se aprueben los primeros ensayos clínicos en humanos en Estados Unidos para dar seguimiento al proyecto. Lo que sigue es transferir la tecnología a algún laboratorio farmacéutico y pueda realizarse una producción industrial”, concluye el investigador del Cinvestav ubicado en el PIIT.