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lunes, 7 de julio de 2014






Una Ciudad perfecta en la cima del Tí­bet


Shambala el equivalente de "La Ciudad de Dios" 
de San Agustín.

Hace muchos años, un escritor describió una ciudad perdida en lo alto del Himalaya, en la cima del Tí­bet, que era el lugar perfecto para vivir. El autor era James Hilton y su historia Horizontes perdidos.

La ciudad se llamaba Shangri-La capturo la imaginación de las personas que leyeron Horizontes perdidos debido a que, según el autor, en esa ciudad la gente viví­a para siempre. Y también por años mucha gente estuvo convencida de que Shangri-La no era sino un lugar imaginario que existí­a solo en la historia que habí­a escrito Hilton.

Pero también muchas otras personas tuvieron la seguridad de que Shangri-La no era solo imaginación y que la novela "Horizontes perdidos", en realidad estaba basada en una serie de tradiciones que habí­an circulado por la cordillera del Himalaya durante siglos, y que se referí­an a un paraí­so escondido desde tiempo inmemorial y descrito desde la antigüedad en los textos budistas como Chang Shambhala, un lugar de sabidurí­a antiquí­sima que, de acuerdo con las creencias chinas, estaba en las montañas Kun Lun, en medio de un valle donde los inmortales Vivian en completa armoní­a, mientras que para las tradiciones de la India se trataba de un lugar llamado Kalapa, que estaba al norte de la cordillera del Himalaya, donde Vivian los hombres perfectos.

Se decí­a que Shambhala, que es el otro nombre con el que se conoce a Shangri-La, se hallaba al norte del Tí­bet, donde una serie de montañas, imposibles de pasar, escondí­an valles secretos que al mismo tiempo eran muy fértiles, muy productivos.

La pregunta es, y siempre fue, ¿en verdad existió ese paraí­so o solo es una idea puramente espiritual?

La realidad es que hasta los años cincuenta, cuando los chinos tomaron por la fuerza el Tí­bet, esa región era casi desconocida para el mundo occidental. La prohibición de recorrer esas montañas ayudo a formar una sociedad espiritual, la cual era gobernada por el Dalai Lama, que además de ser el soberano mas importante de los tibetanos, también era el lí­der espiritual de la gente y de los monjes lamas tibetanos del siglo XIX, cuando la ciudad de Lhasa, la capital del reino de los tibetanos, fue cerrada a todos los extranjeros, aumentando y nutriendo la creencia de que era un lugar donde pasaban cosas maravillosas.

Según las leyendas los monjes lamas eran seres que tení­an poderes sobrenaturales, entre los cuales estaba el lung-gom, que consistí­a en que podí­an perder la gravedad, elevarse en el aire y viajar a velocidades fantásticas, lo que fue relatado por algunos occidentales que tuvieron la fortuna de poder llegar a esa región y ser testigos, según ellos, de las maravillas que suceden ahí­.

Otros registros de visitantes a la región, describieron sus visitas a los monjes, a los que cuestionaron sobre la existencia de Shambhala, recibiendo por respuesta que âera un poderoso reino espiritual que no tiene nada que ver con la Tierraâ. Así­, por décadas la Fantasia fue creciendo junto con el misterio de la ciudad perdida de Shangri-La y sus fantásticos habitantes inmortales.
Después de años de búsqueda, la realidad es que nunca se ha encontrado Shambhala, a pesar de que desde hace años miles de exploradores y turistas han llegado a la región. ¿En verdad existirá Shambhala?, ¿es una invención de los habitantes de esta región del mundo casi perdida en lo alto de las montañas mas altas del planeta?, o ¿Shambhala estará tan bien escondida que nunca podrá ser hallada?

El camino esta abierto para el que quiera lanzarse a descubrir una de las ciudades más fascinantes que alguna vez hayan capturado la imaginación de la gente de todo el mundo.

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