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lunes, 7 de julio de 2014







Lemuria y la Evolución de las Razas


Una hermosa y antiquísima leyenda cuenta de un continente perdido en el Océano Índico, que originalmente sería el Jardín del Edén o Paraíso Original cuna de Adán y Eva y por tanto, de la raza humana, este continente se llamaría Lemuria.

En el siglo XIX surge esta teoría sobre la existencia de Lemuria cuando los científicos naturalistas trataban de encontrar a como diera lugar una explicación a la teoría de Charles Darwin sobre la evolución de especies similares a partir de un antepasado común.

La explicación estaba basada en la existencia de un puente de tierra en eras muy remotas, entre Malasia y la costa sur de Asia y Madagascar, que daría como resultado un paso entre la India y Africa.

Con esta teoría, se podía explicar las razones por las que el lémur (animal endémico de esas tierras) se encontraba básicamente en Madagascar y en partes de Africa, en la India y en el archipiélago Malayo; de esta posibilidad, surge el nombre de Lemuria para la parte faltante de tierra y por tanto para el continente perdido, que habría sido el centro principal de actividad al principio de la historia humana.

Con estos fundamentos, se desarrolló también por los ocultistas la teoría de que Lemuria habría estado habitada por la Tercera Raza Raíz de la humanidad, quienes podrían haber sido gigantes hermafroditas, de piel color café y cuatro brazos. Tenían también la capacidad de caminar tanto hacia adelante como hacia atrás, gracias a una protuberancia en sus talones. Entre sus ojos había una gran separación y se colocaban a cada lado de una cara plana, lo que les permitía mirar hacia los lados, además de que estaban dotados de un tercer ojo en la parte posterior de la cabeza.

Los poderes psíquicos atribuídos a los lemurianos eran tan desarrollados que podían comunicarse telepáticamente entre sí.

El continente de Lemuria abarcaba la mayor parte del hemisferio Sur y cuando fue destruído por una fuerte actividad volcánica, se fragmentó, quedando solo pedazos como Madagascar, las Seychelles, la Isla de Pascua y Australia. Los supervivientes se vieron así forzados a emigrar a la Atlántida, donde pudieron evolucionar hacia la Cuarta Raza Raíz.

Con el correr de los tiempos y a su vez, antes del hundimiento de la Atlántida, los atlantes que pudieron emigrar, lo hicieron hacia otras tierras, se cree que se asentaron en Egipto y así comenzó la Quinta Raza Raíz actual.

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