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jueves, 10 de julio de 2014




LAS PIRÁMIDES SIEMPRE UN MISTERIO










Imponentes, majestuosas. Las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos se alzan en medio del desierto de Gizah altivas. Te detienes frente a ellas, y quedas absorto; tu mente perdida en el tiempo; en épocas de conquistas; en épocas de Grandes Imperios y sobre todo, en épocas de una civilización que ha cautivado a la Humanidad por su grandeza, por sus monumentos, por sus misterios.

Las pirámides, ¿cómo se construyeron?, nos preguntamos. ¿Cómo es posible que en una época sin los medios actuales, se pudiera construir con tal perfección un monumento funerario capaz de albergar en su interior las catedrales de Florencia, Milán, El Vaticano, Londres y la Abadí­a de Westminster. La Gran Pirámide de Keops tiene 2.300.000 bloques de piedra caliza de entre dos y quince toneladas cada uno. 230 metros en cada una de sus caras y 146 metros de altura. Por otro lado, su relación matemática perfecta: el doble de la longitud de sus lados por su altura, el famoso número pi.

Muchos misterios, muchos secretos, y sobre todo, mucho respeto. Misterios y respetos que, sin duda, se vieron aderezados por muchos desastres ocurridos en relación a momias y tumbas egipcias. Recordemos, por ejemplo, lo sucedido en el Valle de los Reyes, cuando Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón un 17 de Febrero de 1.923. De la expedición que lo acompañaba, en los 6 años posteriores, 35 personas murieron en condiciones misteriosas. incluso, el perro de Lord Carnavon murió de un infarto fulminante. Una inscripción grabada sobre tu tumba, desató el miedo:

"La muerte golpeará a quien perturbe el sueño del Faraón"


 Qué decir del hundimiento del Titanic. Poco saben que en el Titanic, un inglés llevaba en las bodegas la momia de una pitonisa de la época de Amenofis IV. Esa momia llevaba un brazalete cuya inscripción rezaba:

"Despierta de tu postración y el rayo de tus ojos aniquilará a todos aquellos que quieran adueñarse de ti"

Son dos sucesos entre otros muchos que se han producido a quien de un modo u otro han estado relacionados con aquel pasado egipcio, y que han servido para que la construcción de las pirámides esté envuelta de un halo misterioso que aún hoy se intenta desvelar.

Metafí­sicas aparte, poco a poco se van descubriendo nuevas pistas que habilitan teorí­as cada vez más perfeccionadas sobre su construcción. La primera pirámide construida fue la pirámide escalonada de Zóser en el año 2.650 a.C. para el Faraón Snefru, padre de Keops. Construida como una mastaba, ha servido de base para el estudio de otras pirámides mayores. Así­, el arqueólogo alemán Guenter Dreyer formuló en el año 2005 una teorí­a según la cual la construcción de las pirámides es una sucesión de montí­culos y muros que se iban superponiendo, de modo que una pirámide no es sino un desarrollo del concepto de la mastaba, a la que se le iban añadiendo muros.

El primer gran misterio en la construcción de todas las pirámides y al que se enfrentan todas las teorí­as, es el de la elaboración de las grandes piedras de las que se hací­an uso. hay varias teorí­as, pero se cree que las piedras se clasificaban según su dureza y apariencia, en caliza, arenisca, alabastro y granito. Los egipcios usaban los estratos de mayor calidad y extraí­an mediante galerí­as los materiales más resistentes a la intemperie. Los bloques se cortaban con forma cuadrada o rectangular, y para tallarlos y cortarlos se usaban mazos de madera y herramientas de cobre y bronce. Hasta hace unos años, se pensaba que en las hendiduras se introducí­an cuñas que al mojarse, se expandí­an y separaban la piedra. Pero dadas las herramientas existente, ahora se afirma que se introducí­an cinceles y se calzaban con cuñas, de modo que la presión era doble. Para las piedras duras se golpeaban con un mazo de piedra dolerita. Otra teorí­a afirmaba que se encendí­an fuegos y así­ el granito, por el calor, se rompí­a.

El segundo misterio al que enfrentarse es su forma triangular. Se relaciona con el concepto de espiritualidad de los egipcios. Este tipo de construcción era un vehí­culo para la continuación de su vida en el más allá, de modo que asemejaban a una especie de escalera por la que el espí­ritu del Faraón alcanzaba el cielo. Otras teorí­as apuntan a que su forma se asimilaba a la de las montañas, dado que en la religión egipcia, las deidades habitaban en las montañas.

Y por último, el tercer y gran misterio: el de su construcción. Muchas son las teorí­as como decimos, pero la más fundamentada es la que se basa en escritos de Herodoto, quien describí­a con todo lujo de detalles la construcción de la Gran Pirámide de Gizeh. Según el historiador la pirámide fue construida en 20 años y con 3.000 trabajadores. La pirámide constaba de varias alturas, en las que se situaban poleas, de modo que una vez llegaba la piedra a una de esas alturas, la polea la levantaba a la siguiente y así­ sucesivamente. Pero dado que no habí­a herramientas similares en esa época, pronto se desechó, aunque sirvió para elaborar aquellas otras teorí­as que hoy resultan más convincentes: de todos los bloques se procuraban encajar los externos, los visibles, de modo que la construcción pareciera perfecta, pero los internos se soltaban y luego se rellenaban los huecos con barro y piedra. Estos bloques se subí­an por rampas exteriores, y a través de una especie de patines por los que rodaban. De ellos tiraban unas poleas y se ayudaban de palancas. Al mismo tiempo que se iba ganando altura, las partes acabadas se iban recubriendo a fin de reafirmar el terreno y las pendientes. La punta de la Gran Pirámide se recubrió con un gran piramidón de oro. finalmente, esas rampas exteriores, al no estar bien ancladas, se habí­an perdido con el paso del tiempo.

Esta teorí­a echó por tierra aquella otra por la que se postulaba que sólo existí­a una gran rampa que ascendí­a desde la base, en lí­nea recta, hasta el vértice, cosa bastante ilógica si se tiene en cuenta que con una pendiente así­, serí­a materialmente imposible subir las grandes piedras.

La última y gran teorí­a ha sido la publicada hace escasos dí­as, según la cual el francés Jean Pierre Houdin afirma que esas rampas existieron realmente, pero por el interior de la pirámide.

Esta rampa interior en forma de túnel, facilitaba la construcción de la pirámide desde el interior al exterior, y por ello requerí­a de menos herramientas, y ninguna polea. Según el francés, hubo dos retos: construir la propia pirámide, y luego la cámara funeraria. Inicialmente, para las primera alturas, se usó una rampa exterior. A partir de ahí­, se construyó la rampa en espiral a lo largo de la cual iban colocándose las piedras. Las esquinas se tapaban posteriormente. Para los bloques superiores de la cámara funeraria, afirma que se usaron contrapesos que ayudaban a alzar las piedras.

Y, por último, para los amantes de las creencias extraterrestres, por supuesto, no podí­a faltar la hipótesis de la intervención de seres de inteligencia superior. Von Daniken afirma que hoy dí­a, nadie podrí­a construir una pirámide con la perfección de la de Keops, y si eso es así­, la implicación es clara, según él sólo seres superiores pudieron aportar las técnicas y conocimientos para su construcción. Entre sus seguidores, el propio J.J. Bení­tez. quienes afirman que no sólo las pirámides tienen implicaciones extraterrestre, sino otros muchos monumentos, como Macchu Pichu o Chichén Itzá.

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