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jueves, 10 de julio de 2014






DOSSIER

LOS SUEÑOS… la última frontera

En una entrevista concedida a la periodista Janet Flanner, el terrible Führer relataba una experiencia que cambió la historia de Europa.
Ocurrió  durante la Primera Guerra Mundial, cuando un joven cabo llamado Adolfo Hitler luchaba en las tropas alemanas como otros tantos miles de jóvenes germanos. Una noche, como otras, el futuro Führer de Alemania se encontraba en una trinchera con varios compañeros de milicia. Tras la cena se había retirado a descansar, y en medio de su duermevela, de pronto ocurrió lo impredecible. Según relataba el a la periodista  “repentinamente pareció una voz que me decía “levántate y vete de allí” La voz resultaba tan clara e insistente que automáticamente obedecí, como si se tratase de una orden militar. De inmediato me puse en pie y caminé alrededor de veinte metros por la trinchera. Después me senté para seguir comiendo, con la mente otra vez tranquila. Apenas lo había hecho cuando, desde el lugar de la trinchera que acababa de abandonar, llegó un destello y un estampido ensordecedor. Acababa de estallar un obús perdido en medio del grupo donde había estado sentado; todos sus miembros murieron”.

Si aquella misteriosa “voz interior” no hubiese advertido en sueños a Hitler, o si este no hubiese hecho caso a esa advertencia del destino, posiblemente la historia de Europa no sería la misma.
Para sus seguidores aquellas misteriosas voces de la Providencia han sido interpretadas como guías astrales, extraterrestres, los dioses de la mitología germana o el mismísimo Dios. El alcalde de Hamburgo lo dejó muy claro cuando, durante el congreso nazi de 1937 afirmó tajantemente: “Nos comunicamos directamente con Dios  a través de Adolf Hitler. No  necesitamos clérigos ni sacerdotes”. ¿ Era Hitler inspirado por alguna presencia invisible? Es posible. Pero al igual que Hitler infinidad de mandatarios, reyes, presidentes, escritores, y lideres de todos los tiempos, han vivido similares revelaciones en sueños, que han hecho la historia tal y como la conocemos.

Pero este es solo un ejemplo. Hay muchos más. Según relata el historiador Plutarco, en su obra Vidas paralelas: Alejandro y César, Alejandro Magno llevaba siete meses asediando la ciudad de Tiro, y a punto estaba de renunciar a la conquista cuando tuvo un sueño que influiría  definitivamente en sus decisiones políticas y militares. Esa noche el emperador soñó con el heroé Hércules, quien le tendía la mano desde los muros de la ciudad sitiada. En otro sueño Alejandro Magno vio a un sátiro, un elemental de la naturaleza, que jugueteaba con él…

Los adivinos y augures que acompañaban al legendario conquistador interpretaron aquellos sueños como una premonición de victoria. Y asesorado por sus videntes, Alejandro decidió renovar los ataques hasta que, como había ocurrido en su sueño con Hércules, Tiro cayó y el emperador pudo subirse a sus murallas para contemplar la ciudad conquistada. De no haber tenido aquel sueño, quizás habría desistido del asedio, y Tiro no habría caído.


En la obra Antología de las Leyendas Universales, el erudito Francisco Caudet Yarza relata cómo Carlomagno dormía plácidamente cuando, en sueños, se le apareció un ángel rodeado de una aureola. El ángel, con el que el que Carlomagno soñó al menos en dos ocasiones, dio al emperador una serie de indicaciones muy precisas.
Indicaciones que Carlomagno, impresionado por el sueño, decidió seguir obedientemente. Gracias a esos sueños Carlomagno conoce a Elgebasto, quien lo acompañará al castillo del conde Egerico, donde descubren una conspiración destinada a asesinar al emperador. De no haber sido por aquel misterioso sueño, Carlomagno habría ignorado la conspiración, y habría sido víctima de la misma. Y con su muerte, la historia habría sido distinta.

Otro magnifico escritor , el genial Jorge Luis Borges, escribió de Stevenso, que tenía amaestrados a los pequeños legendarios duendes escoceses llamados brownies, quienes, cuando soñaban, le sugerían los temas fantásticos de sus narraciones. Quizás ellos, los brownies, hayan sido los responsables de tantas ideas geniales, brotadas desde las entrañas de los sueños.

Existen muchos más ejemplos, y no sólo en el ámbito de la ciencia. Mary Shelly soñó el argumento inicial de sus mundialmente famosa obra Frankenstein, y lo mismo ocurrió a Robert Stevenson con su Dr. Jekyll and Mr. Hyde. Bethoven, Paul McCartney o Mark Anthony recibieron en sueños algunas piezas musicales. Y hasta Gandhi aseguró que la inspiración para su protesta pacífica contra la ocupación británica de India le llegó en sueños…
Durante el siglo XX se han realizado numerosas investigaciones en torno al cerebro, que han demostrado que la explicación a esas “revelaciones” e inspiraciones que llegan en sueños, no tienen un origen exógeno. Sino que son fruto de la actividad cerebral onírica.

En 1972, William Dement, investigador de la Universidad de Stanford, reclutó a 500 estudiantes para un experimento sobre los sueños. Durante los 15 minutos anteriores a acostarse, los estudiantes debían intentar solucionar una serie de puzles. Dejando uno sin resolver, para consultarlo con la almohada. A la mañana siguiente, 87 de los estudiantes declararon haber soñado con el puzle, que había quedado pendiente, y siete de ellos lo habían resuelto en sueños. La explicación a este fenómeno fue desentrañándose a lo largo del siglo XXI, y es que mientras dormimos no solo “recargamos las pilas”, sino que toda la información almacenada en el hipocampo, es procesada para decidir cual se elimina y cual se mantiene. “Mientras se mantiene en el hipocampo deberá competir con muchos otros recuerdos por hacerse sitio con una serie de sinapsis entre neuronas. Si el proceso falla y el recurso no se fija bien, tendrá interferencias, o sea, que se mezclará con otros recuerdos. De esa forma, cada vez que intentemos evocarlo, reactivaremos patrones neuronales similares y obtendremos un falso recuerdo”.  Por esa razón, técnicas como la hipnosis regresiva no son consideradas prueba en un tribunal de justicia.

Además, durante el sueño, el cerebro continúa trabajando en tareas que dejó inconclusas al abandonar el estado de vigilia, pudiendo llegar a completarlas en sueños. En 2005 se realizó un experimento monitorizando la actividad cerebral de músicos que durante la ejecución se activaban regiones como el córtex motor, el hipocampo o el córtex prefrontal.
Lo curioso es que esas mismas áreas del cerebro eran las más activas cuando los músicos dormían. El cerebro repetía en sueños las sinapsis que se habían establecido durante el aprendizaje en la vigilia para reforzarlas. Por eso a la mañana siguiente, a los músicos les era más fácil tocar aquellas partituras. Y por eso también los estudiantes que duermen lo suficiente, antes de un examen, tras haber estudiado, tienen los mejores resultados que los que se pasan la noche anterior a las pruebas, estudiando a última hora en lugar de descansar su cerebro.

Según los cientifícos “hay un vinculo entre el sueño y los recuerdos. Y por eso las personas con trastorno por estrés postraumático (TEPT), como los veteranos de guerra, tienen tantas dificultades para recuperarse de las experiencias dolorosas y sufren pesadillas recurrentes. Esta enfermedad puede provocar  en las personas graves perturbaciones incluso mucho tiempo después de ocurrido el evento. Hay evidencia de que el 20% de nuestro sueño, que forma la fase REM, juega un papel significativo en el procesamiento de recuerdo recientes”.







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