Nuevo libro de Javier Sierra
Le apasionan los enigmas y posee además la capacidad de tejer a su alrededor historias con el suficiente interés como para cautivar a los lectores a éste y al otro lado del Atlántico. Javier Sierra, periodista y escritor, curioso asiduo a la historia y sus secretos, figura entre los contados autores españoles ?contemporáneos- que ha logrado colocar sus novelas entre las más leídas de EE.UU. Este dato se resalta en su web oficial, el rincón del ciberespacio donde se recopilan sus novedades editoriales y queda más que patente una inquietud obsesiva por el mundo del misterio; o lo que es lo mismo, por desvelar la verdad.
Aunque, como él mismo declaró hace algún tiempo, no pretende ser el "Dan Brown español", Sierra ha logrado ganarse un importante número de seguidores que comparten la fascinación por lo oculto. Su vocación por arrojar luz sobre las sombras sale a flote a través de la expresión entusiasta de quien está volcado en su tarea y no escatima esfuerzos. Hablamos con él de su última novela, que llegó a las librerías hace apenas unas semanas y que ejemplifica esta fijación por revisar ideas y argumentos. Egipto es el escenario, Napoleón el protagonista y 'La pirámide inmortal' el título de una historia en la que se entremezclan cultos milenarios, ritos esotéricos, religión, ambición... y amor. En realidad el autor reescribe una novela anterior ('El secreto egipcio de Napoleón') y se lanza de nuevo junto al emperador francés en busca del secreto de la inmortalidad. ¿Lo encontrará?
Esta novela es una revisión de otra anterior. ¿Por qué era necesario volver sobre el tema?
La editorial Planeta se planteó en un momento determinado la reedición de 'El secreto egipcio de Napoleón' y cuando decidieron hacerla efectiva les pedí un margen de tiempo para revisar los textos. Porque hace 12 años, cuando escribí la novela, el tipo de literatura en el que yo me desenvolvía estaba sobrecargado de información, de datos, era mucho más esotérica. Quería hacer aquella historia más abierta a todos los públicos e introducir un factor hasta ahora inédito en la novela, la trama amorosa. En la "primera versión" mi idea era compartir la aventura de Napoleón en Egipto, durante la época de su campaña militar en el país (1798-1799), y la conexión con los mitos de Osiris; pero olvidé resaltar de alguna forma que Osiris, en la religión egipcia, resucita por la intervención del amor. La conclusión de la novela es que el amor es el único antídoto posible contra la muerte. El amor impulsa y mueve. Así, que podríamos decir que esta novela ha sido por amor.
Vd. ha viajado numerosas veces a Egipto. ¿Ha vuelto con ocasión de la novela?
No por esta novela en especial. Pero mi relación con el país ha sido permanente desde hace mucho tiempo. Desde el año 1995 habré realizado una treintena de viajes a Egipto. De hecho, proyecto regresar en breve.
¿Por qué el Antiguo Egipto siempre cautiva y por qué le "obsesiona" a Javier Sierra?
Nos cautiva siempre aquello con lo que nos reconocemos. Y en el caso de Egipto nos reconocemos como civilización y cultura, desde la ambición de las grandes construcciones a los pequeños detalles de la vida cotidiana. No olvidemos que las primeras pelucas se inventaron en Egipto, también el maquillaje, que incluso elementos del estilo de nuestra vestimenta actual ya estaban presentes en el Antiguo Egipto. En definitiva, hay una enorme identificación y también en el concepto de lo sagrado. La religión egipcia y la cristiana se parecen mucho. No olvidemos que Osiris resucita al tercer día de su muerte y que cristianos y antiguos egipcios celebramos las mismas fechas. El propio Jesús estuvo en Egipto con su familia. Es un "pequeño" detalle que da origen a una interesante vía de investigación y reflexión.
¿Quizás éste sea uno de los "últimos" misterios que quedan por desentrañar en la tierra de los faraones?
Pues sí. Hay un nexo de unión entre ambas religiones, que también exploro un poco en la novela. Por ejemplo, el símbolo del cristianismo es la cruz. Debería de resultarnos extraño que los cristianos eligieran el instrumento de tortura y muerte de su Mesías, de Jesús, como su símbolo. Sin embargo, encontramos una explicación en la simbología de la cruz en el Antiguo Egipto, donde los dioses la utilizan como el instrumento para dar la vida. Hay claras influencias y conexiones entre las dos religiones.
¿Está al alcance del viajero común adentrarse en ese mundo misterioso que se muestra en la novela?
Sin duda, pero mi recomendación para el viajero común es cambiar su enfoque en el sentido de viajar a Egipto con la idea en la cabeza de que para los antiguos egipcios los templos y fastuosos monumentos que hoy visitamos no son fantasmas del pasado, sino que están vivos. Cuando viajas a Egipto con esa perspectiva y observas las Pirámides no como piedra muerta sino como una casa, una matriz que nos acoge, la experiencia cambia radicalmente.
Esto supone desarrollar un punto de vista afectivo con el destino y no de mero consumidor. Yo les aconsejaría que realizaran la visita nocturna de los templos del Nilo, mejor si es fuera de temporada, cuando hay menos turistas. La experiencia llega de una manera tan singular a nuestros sentidos que la relación con el Antiguo Egipto se transforma en una revelación. Una percepción que nos afecta personalmente porque es el reflejo de la naturaleza alrededor de los templos.
¿Cuál es su lugar favorito en Egipto?
El templo de Isis en Philae. En parte porque para llegar hay que hacer una navegación en barca y esa pequeña aventura te predispone a algo especial. Más todavía si la haces de noche. La noche envuelve de magia y misterio un entorno de por sí tremendamente especial. La visión es fascinante, como lo es realizar una cabalgada en la zona de las Pirámides a la luz de la luna, que las transforma en montañas de plata.
¿Pasaría vd. una noche a solas en el interior de la gran Pirámide, emulando a Napoleón, a cambio de averiguar el secreto de la inmortalidad?
Ya la pasé. Fue en 1997. Entonces estaba muy obsesionado con esta historia y deseaba saber qué había en el fondo, por qué Napoleón no quiso contar lo que le había sucedido en aquella noche que pasó dentro de la Pirámide. De ahí nace la idea de este libro y también nace el escritor... porque la mejor manera, la más efectiva y convincente de contar algo es a través de la literatura. Hay que contar una historia, ya que nos creemos más la literatura que las noticias.
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