¿TIENEN ALMA LOS ANIMALES?
Son innumerables los casos de animales que realizan actos portentosos de fidelidad y amor a los seres humanos. Es conmovedora la historia de Alex, un loro gris que el día antes de morir le dijo a su dueña: “Se buena. Te quiero”. Una ballena beluga que sacó del mar a un buceador que había quedado atrapado en el hielo, o unos chimpancés que cuando un compañero murió se abrazaron en silencio y solemnidad en el momento en que los cuidadores llegaron a retirar el cadáver.
Siempre he escuchado que los animales no tienen alma pero tengo animales en casa, especialmente gatos, y la convivencia y el compartir tantas cosas con ellos me han llevado a dudar rotundamente de esa creencia popular. Todo aquel que haya tenido la hermosa experiencia de compartir su vida con un animal, sabrá de lo que estoy hablando. Se trata de sus ojos, de su comportamiento, de sus miradas, su carácter, su lealtad y su amor incondicional.
Cuentan, aquellos que realizan viajes astrales, que en ese otro mundo paralelo al nuestro, se encuentran con muchos animales. Existen innumerables experiencias con mascotas fallecidas e incluso comentan que a nivel telepático puedes tener pequeñas conversaciones, muy simples eso sí, con ellos. También es muy frecuente encontrar a los animales domésticos vivos, especialmente gatos, en ese plano. Para los animales, el desdoblamiento astral es algo sencillo, en cambio, los seres humanos hemos perdido la habilidad de hacerlo de forma consciente y debemos aprender como si fuésemos niños chicos.
Algo que también se escucha es que los animales poseen un alma grupal o colectiva porque aún no han evolucionado como seres individuales o son incapaces de hacerlo. Pero hay muchos testimonios de personas que realizan viajes astrales que hablan de la existencia de animales con conciencia individual. Aunque existe una diferencia entre unas especies animales y otras: animales como insectos, anfibios y otros, poseen un alma colectiva mientras que los animales que viven en contacto con seres humanos como gatos, perros o caballos tienen un alma individual.
Todos los testimonios coinciden: los animales que conviven con nosotros y que tanta sensibilidad y amor nos dan en vida, son mucho más inteligentes en esa otra realidad astral y parece que responden a las necesidades humanas. Cada noche los seres humanos hacemos un viaje astral inconsciente pues una de las finalidades del sueño humano es “recargarnos” de energía universal. Los gatos muchas veces nos acompañan y protegen nuestro cuerpo en el viaje astral, vigilan nuestra evolución, y son grandes transmutadores de energía. No es casualidad que los egipcios embalsamasen a sus gatos, sabían de su poder.
Tampoco es casualidad ver como algunos animales domésticos comienzan a seguir con la mirada fija un punto invisible en el techo o la pared. Ellos poseen visión astral, por eso nosotros no podemos ver lo que ellos ven. Incluso cuentan que cuando viajas por ese misterioso plano de existencia, los animales te detectan, ladrando o maullando a tu paso.
Existen muchos registros que aducen experiencias fantasmales con animales, es decir, que luego de muertos, su espíritu o energía básica transita por nuestra dimensión, tal como afirmamos que ocurre con muchos de los humanos cuando fallecen.
Muchas religiones no aceptan que los animales puedan tener alma, razón por la que se considera inaceptable su presencia en la otra vida, sin embargo la explicación nunca ha sido defendida con argumentos decisivos, lo cual nos lleva a mantener la posibilidad de que cualquier animal no sólo tiene alma, sino que hasta tal vez en su interior se encuentre reencarnada el alma de algún ser humano en vida pasada.
Si revisamos las costumbres de las culturas antiguas, veremos que en muchos rituales los animales estaban siempre relacionados directamente con la muerte, y en muchos casos, algunos eran los encargados de guiar a los muertos hacia su destino final.
Hoy en día, es casi unánimemente aceptado el hecho que todos los seres vivientes poseen una energía vital, y a decir de la misma ciencia: ‘la energía no se destruye, sólo se transforma’. Entonces, ¿por qué no pensar que la energía que contienen los animales, así como nosotros los humano, pueda transformarse y renovarse en un nuevo ser?
¿Esto es el alma? ¿Es energía? Ciertamente eso no se sabe aún. Entonces mientras no se tengan todas las respuestas a nuestra propia existencia difícilmente podremos tener ideas precisas sobre la de otros seres vivientes en el mundo.
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Fuentes:mundodesconocido.es-soyesoterica.com
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