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miércoles, 30 de julio de 2014

Hipnosis entre la realidad y el mito




-Este concepto siempre ha estado rodeado de leyendas esotéricas
-Existen sociedades científicas e investigaciones que estudian el poder de esta práctica
-Su eficacia se ha demostrado en trastornos como la ansiedad, la depresión o el tabaquismo


Aunque ya existen precedentes históricos del uso de técnicas similares a la hipnosis empleada por los egipcios en los llamados Templos del Sueño, no sería hasta mediados del siglo XVIII cuando se inicia el primer estudio sistemático de lo que suponía un estado psico-fisiológico especial que más tarde se conocería con el término de hipnosis. 
Franz Anton Mesmer, (1.734-1.815) doctorado en Medicina y Filosofía a sus 35 años en Viena, escribió su tesis doctoral titulada "De planetarium Inlfuxu", influenciada por las teorías de Paracelso sobre la interelación entre los cuerpos celestes y el ser humano. Mesmer formuló la famosa Teoría del Magnetismo Animal que nos venía a decir que todo ser vivo irradia un tipo de energía similar o parecido al magnetismo físico de otros cuerpos y que puede transmitirse de unos seres a otros, llegando a tener una aplicación terapéutica. 

El médico austríaco se instaló en París y con el paso del tiempo, fue tan grande su influencia y tan extendida su fama, que se convirtió en el médico tanto de los pobres y desheredados como de los ricos y poderosos, incluso del mismísimo rey de Francia. El asunto llegaría hasta la Academia de Medicina de Francia, que determinó que no existía ningún tipo de influencia o energía magnética en las curaciones mesméricas. ¿Qué era lo que realmente producía la curación?

Serían los discípulos de Mesmer y posteriores investigadores quienes determinarían que las "milagrosas" curaciones en los trances hipnóticos, llamados sueños magnéticos o mesmerismo hasta aquel entonces, se producían por una condición llamada sugestión. Un cirujano escocés llamado James Braid (1.795-1.860) fue el primero en acuñar el término hipnosis enunciando una de las formas que lo explicaban: "la fijación sostenida de la mirada, paraliza los centros nerviosos de los ojos y sus dependencias que alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el fenómeno"




Científicamente el cerebro humano esta conformado por alrededor de cien mil millones de neuronas y de esas solo utilizamos aproximada mente el 10 % para mantener en actividad nuestro cuerpo, esto es una energía positiva y negativa que controlamos con el pensamiento.


La hipnosis no es una curación, es una enseñanza al subconsciente para que aprenda a curarse asimismo. El cerebro con sus neuronas controla todo el organismo también el nerviosismo y enfermedades físicas, la hipnosis regulariza las funciones para su curación.


Antes de que se inventara la anestesia, las intervenciones quirúrgicas eran cruelmente dolorosas. En 1843, John Elliot­­son publicó un trabajo donde describía numerosos casos que fueron intervenidos quirúrgicamente sin dolor gracias a la hipnosis. Desgraciadamente, esta utilización se tachó de fraudulenta. El descubrimiento de la anestesia en aquellos años relegó la práctica definitivamente al olvido. Recientemente, en revistas tan prestigiosas como The Lancet se han publicado artículos donde se muestra la efectividad de la hipnosis como agente analgésico. Si todo el esfuerzo que estamos dedicando a diseñar nuevos químicos lo dirigiéramos a profundizar en los poderes de nuestra propia mente, las películas de ciencia ficción se quedarían cortas comparadas con la realidad.

También se puede conseguir, en algunos casos, que los sujetos hipnotizados experimenten “regresiones” a la infancia o a la juventud. La pregunta clave es: ¿realmente la memoria se incrementa o son solo imaginaciones? Es cierto que la hipnosis puede provocar la evocación de recuerdos olvidados, pero a veces la imaginación también pone su sal. Para comprobarlo se comparan las descripciones que relatan los sujetos de esos episodios infantiles con las de sus padres, y en muchos casos existen discordancias. “Recuerdo mi quinto cumpleaños en el piso de la calle de Pérez Galdós perfectamente. Los muebles, la gente que había…”. Y después, el familiar corrige esta nítida visión, argumentando que en esa época ya se habían mudado a otra casa. A los psicólogos nos les importa demasiado que esos recuerdos no sean fieles a la realidad, porque lo que afecta al sujeto no es lo que le pasó realmente, sino su recuerdo, esa invención o experiencia subjetiva.


¿ES PELIGROSA LA HIPNOSIS?

La hipnosis no es peligrosa, siempre y cuando sea realizada por una persona cualificada y por supuesto tenga la ética suficiente para no someter a su cliente a ninguna práctica que en estado vigilia no permitiría. Por lo demás, nadie puede quedarse eternamente dormido si el hipnotizador nos abandonase, ya que en ese caso, pasaríamos del sueño hipnótico a un sueño natural y despertaríamos normalmente. Las únicas contraindicaciones absolutas de la hipnosis son en los casos de padecerse epilepsia o esquizofrenia. La epilepsia porque podría suceder que en pleno trance hipnótico sobreviniera una crisis epiléptica a quien padece esta enfermedad, y la esquizofrenia porque, a parte de que sea muy difícil hipnotizar a un esquizofrénico, podríamos empeorarle su enfermedad con la hipnosis.

¿PARA QUÉ SIRVE LA HIPNOSIS?

A parte de para realizar los espectáculos a veces ridículos y bochornosos que vemos en TV, la hipnosis tiene una aplicación realmente más brillante y práctica que es la de su vertiente clínica, es decir, para curar o mejorar enfermedades o las condiciones físicas o mentales de las personas. Así por ejemplo, es muy conocida la aplicación de la hipnosis o la sofrologia (técnica muy parecida pero donde no hay pérdida de conciencia) para la extracción de piezas dentales sin dolor. También para tratar todo tipo de trastornos mentales y psicológicos: fobias, miedos, traumas, depresión, angustia, nerviosismo, estrés, eneuresis nocturna, timidez, etc. Por ejemplo, se ha visto su gran utilidad en dermatología para curar prácticamente al instante verrugas, eczemas, y todo tipo de erupciones cutáneas. En definitiva, con hipnosis son tratables cualesquiera de las enfermedades llamadas psicógenas o psicosomáticas, es decir, las que tienen un origen en un conflicto emocional o psíquico. En el campo de las adicciones, es de un éxito notorio para dejar el tabaco, así como para tratar ludopatías, alcoholismo, etc. En este caso, el simple hipnotizador, pasa a ser hipnólogo o persona que usa la hipnosis con un fin terapéutico.


LA HIPNOSIS EN LA ACTUALIDAD

Desde Mesmer han sido muchos los que han investigado esta inquietante realidad que a veces se sale fuera de los esquemas de la ciencia académica. Muchos han establecido sus propios modelos y variantes de esta técnica. Así tenemos recientemente al norteamericano Dr. Milton Erickson, que trabajaba con sus pacientes usando metáforas o formas determinadas de hablarles, para inducirles ciertas reacciones psico-emocionales que les curasen de sus trastornos mentales, sin necesidad de una hipnosis clásica o que supusiera la pérdida de conciencia del paciente. O por ejemplo el doctor valenciano Antonio Escudero, que llama a su técnica Noesiología o anestésia psicológica, en la que opera a sus pacientes completamente despiertos y sin anestesia química, llegando incluso a conversar con ellos durante la intervención quirúrgica.




HIPNOSIS REGRESIVA

Uno de los episodios más interesantes de esta técnica, es la llamada hipnosis regresiva de la personalidad. Consiste en "llevar" hacia atrás en el tiempo a una persona, para que reviva o recuerde hechos de su pasado. Incluso podemos llegar hasta un estadío pre-natal o intra-uterino, es decir, que recordaremos las sensaciones que teníamos antes de nacer. Pero incluso si al hipnotizado se le sugiere que vaya aún más allá, recordará en muchos casos supuestas identidades anteriores. Incluso en algunos de estos casos hablará en una lengua que no ha estudiado o conocido en su vida actual (el fenómeno de la xenoglosia -que mencionábamos antes-), siendo normalmente esas lengua arcaicas y con formas antiguas. ¿Reencarnación?, ¿conexión con otros tiempos y otras conciencias? quien sabe... sería tema suficientemente extenso par otro artículo. Quien suscribe ha investigado y comprobado que, efectivamente, la hipnosis rompe los esquemas de lo que hoy la psicología científica (en general, la rama cognitivo-conductual) conoce como "mente" porque precisamente ese concepto sea tan amplio, que desde la ciencia nos quedamos cortos al definirlo. 




EFECTIVIDAD

Son muchas las patologías o trastornos en los que la hipnosis ha mostrado su eficacia: ansiedad, depresión, fobias, tabaquismo, asma, trastornos dermatológicos, síndrome del colon irritable, náuseas y vómitos en la quimioterapia, sometimiento a procedimientos médicos estresantes, dismenorrea, dolor crónico, quemaduras, estrés postraumático… A veces se aplica como un elemento más del tratamiento.


Quizá la aplicación más popular es la del tabaquismo. Se anuncian tratamientos que en una sola sesión grupal en la sala de algún hotel garantizan eliminar este hábito de una vez. ¿Funcionan? De entrada, parece que mucho, porque todos conocemos más o menos directamente a alguien que ha dejado de fumar en alguna de estas sesiones. Pero lo que no sabemos es el porcentaje de gente que no lo ha conseguido, y probablemente nuestra impresión puede estar distorsionada, porque el que lo logra se encarga de publicitarlo a bombo y platillo. Y el que no, calla, arrepentido de haberse gastado dinero para nada.

Para que a uno lo hipnoticen, lo primero que tiene que hacer es querer. No pasa como en las películas. Si una persona se niega, no hay forma de hipnotizarla. Además, hay que tener capacidad de atención, es decir, debe poder centrarse exclusivamente en las palabras del hipnotizador, si no, no será posible la hipnosis. Y, en tercer lugar, debe dejarse llevar. Si durante la sesión de hipnosis empezamos a pensar: “no noto nada”, “esto es una tontería…”, será difícil hipnotizarnos. Y finalmente el espíritu crítico lo hemos de guardar en el bolsillo, porque de otra manera ocurre como con una película: no nos dejaremos atrapar por el argumento.

Uno… los párpados le pesan… nota cómo poco a poco se le van cerrando los ojos…

Dos… mientras la pesadez en los párpados es cada vez más intensa, una profunda sensación de relajación invade su cuerpo.

Tres… cierra los ojos y se sumerge en un estado de paz y felicidad…




Fuentes:el pais,hispamap



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